Visión Política / Con acarreos no hay solución / Por: Fernando Cruz López

Visión Política / Con acarreos no hay solución / Por: Fernando Cruz López
Visión Política
Con acarreos no hay solución
Por: Fernando Cruz López

La política mexicana si que tiene ironías que lastiman. ¿De qué sirve presumir un Zócalo repleto de acarreados cuando el país se vacía de esperanza? La plaza más emblemática de México puede llenarse las veces que quieran, pero ni un solo grito ensayado alcanza para ocultar que, en los hospitales públicos, miles de familias libran batallas solitarias contra la indiferencia gubernamental. Mientras los operadores de la 4T usam miles de pesos para movilizar autobuses y lonches, hay padres que empeñan hasta el alma para comprar un medicamento que debería ser gratuito, y hay enfermos que no esperan discursos: esperan atención médica que nunca llega.

El contraste es casi cruel. Las multitudes en la plancha capitalina buscan mostrar fuerza, pero la verdadera fuerza de un gobierno se mide en la seguridad en las calles, no en el volumen de su acarreo. Mientras unos aplauden por obligación o por promesa pagada, otros lloran la pérdida de hijos, hermanos, esposas… víctimas de un país donde la violencia se sigue expandiendo mientras las autoridades prefieren llenar plazas antes que vaciar las estadísticas del crimen.

¿Y hacia dónde nos lleva ese espectáculo? ¿Qué legitimidad puede presumirse cuando la realidad nacional es una herida abierta? Llenar el Zócalo no cura a un niño con cáncer, no regresa a una mujer desaparecida, no sana a un México que atraviesa uno de sus momentos más difíciles. La puesta en escena es vistosa, pero el sufrimiento del país no es utilería: es un recordatorio de que la popularidad inflada no sustituye la responsabilidad incumplida.

La gran pregunta no es cuánta gente pueden mover a la plaza. La pregunta es cuántas vidas pueden salvar con un sistema de salud digno, cuántas calles pueden devolver seguras, cuánta justicia pueden garantizar. Porque cuando un país sufre, los mítines masivos no son un triunfo: son un espejo incómodo de prioridades extraviadas.

La historia siempre termina colocando cada cosa en su sitio. Y, al final, un Zócalo lleno nunca será más importante que un país roto. Aquí empieza la discusión que México no debería seguir posponiendo…Sigame en X como @Visionpolitica7

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