
VISIÓN POLÍTICA
Huachicol fiscal: el robo del siglo
Por: Fernando Cruz López
Lo que estamos presenciando no es un simple caso de corrupción: es una traición a la nación. El llamado huachicol fiscal, operado durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador y hoy expuesto a la luz pública, representa el mayor desfalco al erario en la historia moderna de México. Miles de millones de pesos fueron saqueados a través de una red que mezcló poder político, complicidad militar y silencio institucional. Y lo más ofensivo es que ocurrió bajo el gobierno que se jactaba todas las mañanas en sostener que ya se habia acabado la corrupcion, cuando sus propios familiares y amigos la encabezaban.
La revelación de que altos mandos cercanos al expresidente, incluidos familiares, amigos y oficiales de la Marina, participaron en el tráfico ilegal de combustible, no sólo derrumba la narrativa moral de la Cuarta Transformación: la pulveriza. El huachicol no se erradicó, se refinó. Pasó de los ductos clandestinos a las aduanas federales, de los tambos en el desierto a las facturas digitales. Fue un robo con corbata y fuero.
Durante años, millones de mexicanos creyeron en el discurso de la “honestidad valiente”. Se nos dijo que ya no habría “moches” ni “huachicoleros”, que el dinero del pueblo se cuidaría peso por peso. Hoy sabemos que mientras se hacían conferencias matutinas sobre moral pública, en los puertos y fronteras del país se cocinaba el fraude más descarado y cínico en décadas. El huachicol no era solo combustible robado: era la corrupción institucionalizada.
El golpe a la confianza ciudadana es brutal. Si este caso no se investiga hasta las últimas consecuencias, el mensaje será devastador: que en México la impunidad sigue brillando olimpicamente. La presidenta Sheinbaum tiene ante sí una oportunidad histórica: romper con el pacto de silencio o ser cómplice por omisión.
La sociedad mexicana ya no aguanta otro “carpetazo”. No basta con detener a unos cuantos mandos medios o inventar chivos expiatorios. Queremos nombres, castigos y devolución del dinero. Queremos justicia, no discursos.
Porque lo que está en juego no es solo dinero, sino dignidad nacional. El huachicol fiscal no solo saqueó las arcas públicas, saqueó la esperanza de millones que creyeron en un cambio verdadero. Y ese robo, a diferencia del combustible, no se puede medir en litros, sino en decepción, por eso concluyo diciendo lo siguiente: 4T nos vemos en las proximas elecciones…Sigame en X como @Visionpolitica7