DE PARADOJAS Y UTOPÍAS
Ante denuncias, blindaje total
RAÚL NATHÁN PÉREZ
“Sólo una salvación le queda
al pueblo ofendido: no esperar ninguna”
Virgilio, Eneida, Libro II, 355, p. 62
1).- Tapando la cloaca
Morena ha traido consigo un nuevo estilo de gobernar: Oídos sordos a denuncias. Impunidad total y negativa a todo aquello que siempre criticaron: corrupción, demagogia, excesos, dispendio. Atrás quedó el eslogan: “no puede haber gobierno rico y pueblo pobre”.
Las denuncias sobre nexos criminales, financiamiento ilegal de campañas, procesos electorales torcidos, acordeones, huachicol, falsa austeridad, la cancelación de visas, etcétera, que involucra a funcionarios, legisladores y dirigentes del partido, se ha solapado con un cinismo insultante.
Desde el gobierno de AMLO y lo que lleva Claudia Sheinbaum, las pruebas de complicidad y corruptelas han sido minimizadas. ¿Desaparición de poderes en Sinaloa o Tamaulipas, pese a las denuncias en contra de los gobernadores? No.
Los excesos de Layda Sansores, la cloaca de inseguridad que es Zacatecas, “propiedad de los Monreal” o la guerra de cárteles en Guerrero, en donde gobierna la dupla: Evelyn-Félix Salgado. Y todo el país igual. Lo saben en EU. Y el Secretario de Estado, Marco Rubio, tiene la película completa. Por ello, de su pasada visita, hay más dudas que certezas.
Los señalamientos sobre el senador Adán Augusto López en la protección a Hernán Bermúdez, capo de “La Barredora” o las millonarias propiedades de algunos, como la controvertida casa de Gerardo Fernández Noroña. Una bofetada a “por el bien de todos, primero los pobres”. Incongruencia, doble moral. Los viajes, la opacidad, los llamados de la presidenta CSP o de su símil en Morena, Luisa María Alcalde a la humildad. Pero aquí no pasa nada. Son infundios neoliberales. Los de atrás fueron peores.
2).- En Oaxaca no vamos mejor
Pese al daño al gobierno de la Primavera Oaxaqueña y al proyecto político del gobernador Salomón Jara, ni manotazo, ni cambios, ni enroques, menos fincar responsabilidades a quienes han sido señalados de corrupción, vínculos con grupos criminales, comportamiento poco ético y demás. Al Coordinador de Delegados de Paz, Donato Vargas, se le ha solapado hasta el delirio, pese a un catálogo de denuncias de colectivos de mujeres. Se han pasado por alto los borrachazos del Oficial Mayor del IIEEPO, Abel Leyva Gandarillas. Hasta se le involucra en venta de plazas, igual que otros. No hay vocación de servicio; no hay lealtad y compromiso con el gobierno a quien sirven. Menos con el pueblo oaxaqueño.
Y qué decir del titular de dicha área, Emilio Montero, etiquetado vox populi de posible complicidad con grupos criminales. Su pueblo natal, Juchitán, es una tierra de nadie.
O más bien, de la maña. Nota diaria las ejecuciones. El abominable nepotismo que ha permeado en todo el aparato estatal, ha sido tendencia. La complicidad y el “dejar hacer, dejar pasar”, ha convertido a mendigos en millonarios.
El despilfarro en Turismo. Los viajes inútiles y cómo se sirve del erario la titular, Saymi Pineda.
La podredumbre en los SSO, la cloaca mayor. Y los jaloneos en los órganos de seguridad, por el manejo presupuestal. Pero aquí, todos (as) limpios (as) y sin mácula.
3).- Impunidad versus compromisos
En medios y plataformas digitales se han develado asignaciones directas, licitaciones amañadas, tráfico de influencias. Favoritismo, compadrazgo y opacidad. Empresas fantasmas, factureras, de outsourcing, incluso vetadas por el SAT. El Oaxaca primaveral es un arca abierta. Funcionarios huarachudos que ayer se transportaban en taxis foráneos hoy en vehículos de “alta gama”. Construyen edificios, departamentos para renta, son los nuevos ricos. Y ante la desaparición del Órgano Garante de Acceso a la Información (OGAIPO), la fantasmal Fiscalía Anticorrupción y una Secretaría de Honestidad, omisa e incompetente, cada quien lleva lana a su bolsillo sin pudor alguno ni castigo. De los municipios ni hablar. La ASFEO es como un tianguis de regateo y venta de favores.
BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
--- Se ha dicho una y mil veces: los mandos castrenses, sean del Ejército o la Marina, son una nulidad en tareas de seguridad. ¿Alguien en la capital puede aplaudir el ominoso papel del titular de la Secretaría de Seguridad Vecinal, Teniente Coronel, Claudio de Jesús Pérez, en una capital lacerada por los asaltos, robos, ejecuciones? Eso sí, la torpeza devenida soberbia. Vocifera que los medios y sus representantes le valen.
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