
Visión Política
Un reto pendiente en Oaxaca
Por: Fernando Cruz López
En Oaxaca, los conflictos agrarios no son novedad. Son heridas abiertas que se heredan de generación en generación, han dejado centenares de víctimas y la pérdida irreparable de decenas de vidas humanas que murieron defendiendo lo que consideran suyo: la tierra.
Cada hectárea, cada lindero, ha sido motivo de luchas que van más allá del papel y los sellos oficiales; son luchas de identidad, de supervivencia y de pertenencia.
A lo largo de los años, muchos gobiernos han pasado en vano, administraron el conflicto o simplemente lo maquillaron con discursos. Pero pocos enfrentaron el problema con seriedad.
Fue hasta la llegada de Salomón Jara Cruz que se comenzó a ver un cambio: bajo su administración, varias comunidades alcanzaron la pacificación mediante el diálogo, la mediación y la voluntad política.
Esta enorme responsabilidad recayo directamente en el secretario de gobierno, Jesus Romero Lopez, quien personalmente ha encabezado largas e intensas jornadas de trabajo en las comunidades en conflicto, dando pasos importantes en un estado donde la tierra es historia, pero también motivo de tragedias.
Sin embargo, en las últimas semanas los ánimos se han vuelto a encender. Autoridades agrarias de pueblos en conflicto acuden a supervisar los límites territoriales, pero lo hacen armados y con una actitud provocadora. Esa combinación, ha desatado enfrentamientos que pudieron evitarse si hubiera prevalecido la prudencia y el respeto.
Aquí la reflexión es clara: los conflictos no se resuelven con machetes ni rifles, sino con diálogo y acuerdos respaldados por la ley. Los líderes ejidales y comunales deben entender que portar armas y acudir en tono desafiante no es muestra de fuerza, sino de irresponsabilidad. La violencia nunca será el camino para dirimir diferencias; al contrario, cierra las puertas de la negociación y enciende pasiones que acaban en desgracia.
El llamado de Jesus Romero lopez a los pueblos en conflicto es directo: la defensa de la tierra no debe convertirse en sinónimo de guerra. El respeto a los procesos legales y la mediación pacífica son la única ruta para heredar a las nuevas generaciones un estado en paz. Oaxaca ya ha derramado demasiada sangre en nombre de la tierra; no podemos permitir que las armas vuelvan a hablar donde debería hablar la razón.
Mucha razon tiene el secretario de gobierno, Jesus Romero Lopez, pues cuando se mezclan armas con viejos resentimientos, lo que sigue son enfrentamientos y eso se ha evitado al maximo en el presente gobierno, destacando el responsable de la politica interior del gobierno estatal que la paz no se construye con rifles ni machetes, sino con acuerdos y respeto. Y es que a decir verdad ya se ha derramado demasiada sangre en nombre de la tierra.
Es momento de que hable la razón y no la violencia…Sigame en X como @viosionpolitica7