
Como si no bastara con los infames “Operativos de la Muerte” que realizan los Municipios, ahora la Guardia Nacional, creada para salvaguardar a los mexicanos, se encuentra en el ojo del huracán por un sistemático abuso contra conductores. Según denuncias, algunos elementos no solo extorsionan a los ciudadanos, sino que cuentan con una red organizada de informantes que colabora en sus ilícitas actividades.
Un taxista de Oaxaca alzó la voz tras sufrir un abuso el pasado 1 de enero de 2025. Según su relato, mientras entraba a la ciudad por Unión Zapata, fue detenido por dos patrullas de la Guardia Nacional, marcadas con los números 18400 y 23196. Los agentes involucrados fueron un hombre y una mujer identificada como la comandante Miriam, conocida también por el sobrenombre de Francisco.
“Me observaron y me dijeron que me bajara”, relata el taxista, quien asegura que fue acusado de no respetar la supuesta norma de no salir a más de 30 km del centro de Oaxaca. Pero lo más alarmante llegó después: los agentes le informaron que la multa sería de 70 mil pesos, pero que, en un acto de “buena voluntad”, podían reducirla a 35 mil pesos.
Cuando el taxista solicitó que le entregaran la multa formal, los agentes se negaron rotundamente y, con tono despectivo, le dijeron: “La neta nos diste lástima, danos 5 mil y vete”.
El denunciante asegura que durante el tiempo que estuvo detenido, presenció cómo los mismos elementos extorsionaron a al menos tres vehículos más. Además, señala que existe un sistema de colaboración entre los agentes y un hombre conocido como Ciro, quien se dedica a ser guía turistico y a informar a la Guardia Nacional sobre los taxistas que pueden extorsionar y que transportan pasajeros extranjeros.
“Ya no me siento seguro”, expresó el afectado, quien teme represalias, pues asegura el otro acompañante de la comandante dijo q aguas y su gremio reaccionaba por qué nos empezaría a ir peor“Es indignante la forma en que nos tratan, despectivamente, como si no tuviéramos derechos”.
Este caso no solo evidencia un presunto abuso sistemático, sino que plantea una grave pregunta: ¿En manos de quién está la seguridad de los mexicanos? Parece que los ciudadanos ya no solo deben cuidarse de los delincuentes comunes, sino también de quienes, en teoría, deberían protegerlos.