
Visión política
Usurpadores
Por Fernando Cruz López
En los tiempos actuales, donde la inmediatez informativa domina las redes sociales y la posverdad campea a sus anchas, hay personajes que, sin trayectoria, sin presencia y con escasa materia gris, han encontrado un atajo perverso para tratar de influir en la opinión pública: la suplantación de medios y periodistas.
En Oaxaca, recientemente, se ha observado un fenómeno particularmente grave y preocupante: la utilización de logotipos, nombres y formatos de medios de comunicación reconocidos para difundir información falsa y tendenciosa en contra de actores políticos que, al no ser vulnerables por sus hechos, son atacados desde la mentira y la cobardía digital.
El caso más reciente tiene como blanco al actual director general del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), Emilio Montero Pérez, un funcionario que —lejos de protagonismos— ha venido realizando un trabajo silencioso pero efectivo en favor del sector educativo, particularmente en una entidad históricamente compleja en materia magisterial.
Montero Pérez ha logrado establecer puentes de diálogo y gobernabilidad con los diversos sectores del magisterio oaxaqueño, tarea que no es menor en un estado donde el conflicto magisterial ha sido, por décadas, sinónimo de parálisis institucional. Con oficio, inteligencia y respeto, ha sabido conciliar sin ceder ante chantajes, escuchar sin dejarse manipular, y avanzar sin estridencias.
Por ello, no sorprende que ahora recurran a las más bajas estratagemas: crear cuentas apócrifas o usar logotipos y nombres de medios consolidados para tratar de generar confusión, sembrar la duda y empañar la reputación de quienes sí están haciendo bien su trabajo.
Varios periodistas oaxaqueños de trayectoria han denunciado públicamente la usurpación de sus redes sociales y la manipulación de sus contenidos. El objetivo es claro: utilizar el prestigio ajeno para colar la calumnia propia.
Estos actores sin nombre, sin rostro y sin credibilidad, recurren a estas bajezas porque carecen de otra herramienta política. Su falta de propuestas, su intrascendencia pública y su frustración personal los lleva a actuar como francotiradores digitales desde el anonimato. Su única “estrategia” es destruir al que avanza, al que construye, al que sí tiene futuro político.
Emilio Montero no solo ha dado resultados como funcionario; también se ha consolidado como un referente político serio en la región del Istmo de Tehuantepec. Su trayectoria, tanto como exalcalde como ahora en el IEEPO, ha estado marcada por la responsabilidad, la cercanía con la gente y la voluntad de servir. Y eso, precisamente eso, es lo que le duele a quienes nunca han hecho nada por Oaxaca, pero viven de manchar el nombre de los demás.
Ante esta situacion, urge que tanto la ciudadanía como los medios auténticos levanten la voz y denuncien estas prácticas. No se trata solo de defender a una persona, sino de proteger la integridad de la información pública, el prestigio del periodismo y la salud de nuestra vida democrática. Porque si permitimos que el insulto supla al argumento, que la falsedad sustituya a la verdad y que la infamia opaque el mérito, estaremos abonando al desprestigio de todos.
El combate a las fake news no debe ser solo institucional, sino ético y social. Y quienes recurren a esas prácticas deben saber que la sociedad ya no se deja engañar tan fácilmente. Oaxaca necesita diálogo, propuestas, soluciones… no más cobardes digitales con vocación de saboteadores...Sigame en X como @Visionpolitica7